Como una noticia que ya no aterra a nadie, el pollo Rasmussen, quien prácticamente se había echado al bolsillo el título del Tour de Francia este año, ha sido retirado de su equipo por el temor de que esté dopado. Sin embargo, esta situación tiene una arista interesante. El ex director del equipo Festina, Antoine Vayes, ha dicho que está convencido que el colombiano Mauricio soler está dopado. El argumento, según parece, está en la capacidad de los colombianos en transformar las dichosas pepas rojas en un estimulante jamás conocido en el mundo del deporte. Baste recordar a Luis Herrera, quien se ganó dos veces la camisetica en cuestión, y a Santiago Botero, que a pesar suyo también se quedó con ella. La afirmación también se sustenta, parece, en las prácticas colombianas de enviar sustancias de dopaje a Europa envueltas en botones, stickers, ropa, bolsas de café y una serie innumerable de formas de camuflar el producto. Por lo pronto, las pepas de Soler serán investigadas.
