No quedan muchos mas!!!

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11/9/08

LAS TROMPETAS DEL VALLE


Rayado el ojo como lo tenemos los redactores de este honesto blog, nos pareció ver las señales del anunciado fin en nuestro valle de Josafat. Sin embargo, nuevamente respiramos de alivio al ver que estábamos equivocados.
En efecto, las siete trompetas y el tropel de músicos no anunciaban el esperado juicio final si no la 8ª versión de AJAZZGO. Acostumbrados a reseñar las perspicaces y honestas actuaciones de nuestros gobernantes, no queremos dejar pasar esto por alto este evento: un respirito en medio del estiércol que nos rodea. O, parafraseando al gran Vargas Vila, una flor en el fango.

SE LE HACE EL ESTUCHE


Es conocida la afirmación que dice que en Colombia no inventamos nada, pero a todo le hacemos su forro: al computador de mesa, al portátil, a la taza del inodoro, al celular, al tablero del carro. Si es en lana de colores, más pispo aún queda el artilugio preservador.

Lo que no se dice es que esa tradición protectora viene de mucho tiempo atrás, tal vez desde los comienzos de la República, cuando los responsables de guerritas civiles y desangres provincianos terminaban capitulando para después cenar sendos platos de lentejas. Seguro se inspiraron en los reyes medioevales europeos que cagaban bajo las alfombras. Ya en el siglo XX el Frente Nacional pretendió proteger las sagradas instituciones democráticas echándole la tierra del olvido y el menosprecio a la muerte de más de 50 mil campesinos que se desangraron en nombre de un par de trapos, el uno rojo y el otro azul. Algunos memoriosos recordarán que por esa época nacieron las FARC y el ELN.

Pues bien, esa sagrada tradición ha tenido continuadores eminentes, de los cuales el más nombrado por estos días es el general (r) Rito Alejo del Río, llamado por su Altísima Eminencia y otros personajes de su calaña “el pacificador de Urabá”. Según los testimonios de jefes paramilitares desmovilizados el chafarote tenía una fuerte obsesión por la limpieza y el orden. A tal punto que a todo lo que le oliera a zurdo lo desbarataba, desmembraba y empacaba en fosas comunes. Les hacía el estuche. Santiagodesecho clama por la cruz de Boyacá para tan eminente continuador de las tradiciones culturales de la Patria.

PS. Quedamos a la espera del banquete de desagravio a cargo del Magnánimo y sus secuaces, encabezados por Fernando Londoño Hoyos, llamado por Ramiro Bejarano “Héroe de Invercolsa”