En varias ocasiones el escritor García Márquez, al que le dicen “Gabo” sus amigos viejos y el resto de lambones registrados en el censo nacional, ha mencionado ciertas cualidades premonitorias, videntes o simplemente intuitivas que posee. Cuenta el escritor que una mañana tranquila en Caracas tuvo la premonición de que algo iba a pasar, como en efecto sucedió: a poco los aviones militares bombardearon el palacio presidencial de Miraflores, lo que luego desencadenó la fuga del dictador Pérez Jiménez. También predijo en Los Funerales de la Mamá Grande, con once años de anticipación, las características físicas del presidente que habría de recibir al primer papa que vino a Colombia: gordo, calvo y medio enano.
Pues bien. Según las últimas informaciones disponibles acerca de la crisis alimentaria que nos acecha –desmentida por el ministro Arias y, por lo tanto, absolutamente cierta-, constatamos que por boca del viejo coronel que no tiene quien le escriba se sabe lo que comeremos los colombianos dentro de poco: mierda.
Pues bien. Según las últimas informaciones disponibles acerca de la crisis alimentaria que nos acecha –desmentida por el ministro Arias y, por lo tanto, absolutamente cierta-, constatamos que por boca del viejo coronel que no tiene quien le escriba se sabe lo que comeremos los colombianos dentro de poco: mierda.
1 comentario:
Estoy en total descuerdo, Santiagueños. Gabo no es ningún adivino, él escribe ficción, repito FICCION.
Si fuera adivino, por ejemplo, habría predicho en el otoño del patriarca que los ciudadanos debían pagar impuesto a caminar por la sombra, o que los funcionarios del gobierno se la pasarían defendiendo a un siniestro personaje que se quiso perpetuar en el poder. O en cien años de soledad habría predicho que las fuerzas militares serían capaz de masacrar a cientos de civiles desarmados, o quizá... Ejem!, esos no eran los ejemplos
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