¡RE ADELANTE PRESIDENTE!

La Primera Inteligencia de la Patria, su Excelentísima Eminencia, El Magnánimo, ha insistido una vez más en su obsesión de padre raso: el porte y consumo de un bareto o de una bolsa de perico, lo que hace felices a los turistas que se atreven a visitarnos. Afortunadamente, el país no tiene problemas graves y nos podemos ocupar de ese tema con tanta vehemencia, menos mal hay excelentes carreteras, siquiera la salud pública funciona a las mil maravillas y ni qué hablar de la educación, gracias al cielo el campo es un paraíso terrenal y navegamos en alimentos, bien que las pocas ovejas descarriadas del ejército y sus contados compinches estén reparando a sus escasas víctimas: aleluya, aleluya, aleluya.
Tiene razón Su Señoría cuando denuncia que Colombia es un destino drogoturístico. Porque la gente viaja para ver lo que no tiene en su país: la Torre Eiffel en París, el Circo en Roma, la Plaza Roja en Moscú, la Torre del Reloj en Londres, la Estatua de la Libertad en Nueva York. Y la Patria tiene atractivos que ni siquiera contrabandeándolos –a diferencia de las drogas- se pueden hallar en otra parte: ¿Qué tal un rosario de los miércoles en Palacio? ¿O una intentona de reforma política en el congreso? ¿O las obras inconclusas del MIO? ¿O el pabellón de los parapolíticos en La Picota? ¿O un viaje extremo por la vía a los Llanos o a Buenaventura? Ya las FARC instituyeron el turismo guerrillero, así que sólo resta copiar esa iniciativa y mejorarla. ¡Adelante Presidente!

PD. Su Eminentísima Excelencia: ya que anda tan bravucón por el consumo de la cochina droga, pida por ahí derecho la extradición de Milton Friedman, Geoge Soros y Antonio Escohotado, esos pequeño burgueses que tienen la insolencia de decir que la Santa guerra contra las drogas es un fracaso.

¡Re Adelante Presidente!