Hace ya varios años el jefe paraco Salvatore Mancuso, símbolo sexual de la derecha femenina por ese entonces, afirmó que ellos controlaban el 30% del congreso. Tras la fingida sorpresa de la clase política todo volvió a su normalidad, si entendemos por normalidad que alrededor de 80 congresistas de la coalición uribista terminaran involucrados en procesos penales por vínculos con mafiosos y matones. Ése es el espíritu de la coalición o manguala o contubernio o como se le quiera llamar a la grey de su Altísima Excelencia. Pero, cómo negarlo, en este Valle de lágrimas siempre sentimos envidia de otras regiones más y mejor representadas en tan bellos procederes, como Antioquia, Córdoba, Magdalena o Sucre. Sin embargo, nuestra clase dirigente rápidamente se ha propuesto retomar la punta y sin duda lo ha logrado, como lo demuestran los documentos dados a conocer por el senador Elmer Arenas acerca de las visitas de funcionarios y políticos del Valle a esa suerte de cristo negro de Buenaventura, Juan Carlos Martínez, encarcelado en La Picota.
Liderados por el ex senador Carlos Herney Abadía, quien suele cargar cédula falsa en caso de ser requerido por las autoridades, 10 congresistas electos cumplieron a cabalidad el mandato católico de visitar al preso. Y como Cristo es generoso con sus seguidores, las 10 visitas de Carlos Quintero Marín y de Hemel Hurtado surtieron efecto en las elecciones pasadas. Esperamos ansiosos qué milagro bendecirá, entre otros, al secretario jurídico de la Gobernación, Raimundo Tello Benítez, después de 16 visitas a la cana, o al director de la CVC, Oscar Murillo, que fue 11 veces.
Que no se diga –como tantas veces se hace- que no somos un pueblo caritativo.
1 comentario:
De donde saco la foto? el que aparece ahi es el papa del gobernador?
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