El gobierno municipal, cuya cabeza más visible es la del alcalde Ramiro Tafur (Quien se está quedando calvo), ha sido desbordado por la emergencia invernal. La fuerte ola de aguaceros, acompañada de vientos huracanados y combinada con los intensos calores propios del verano caleño, ha desatado toda clase de epidemias transmitidas por zancudos y bichos que pululan, gracias a la exuberante vegetación de los separadores viales, y que acechan a los transeúntes para atacarlos. Sin embargo, tras el aumento de las precipitaciones un problema mayor quedó al descubierto: los huecos de las calles de Cali, que al llenarse de agua se han convertido en trampas mortales, que ya cobran, según fuentes de alto turmequé, al menos dos centenares de víctimas mortales.
El gobierno, muy alarmado, ha pedido la colaboración de los organismos de inteligencia policial para que ubiquen los orificios y establezcan un mapa de riesgo, que será impreso y repartido a los habitantes para que sepan por donde no deben transitar. En la foto se aprecian las labores acuciosas de los detectives.
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